Aquí encontrarás anécdotas, historias, leyendas, chistes y descripciones
que nacieron de nuestros relatos orales
y narraciones espontáneas.

Estos serán puntos de partida para la construcción
de personajes e historias y, quizás, futuras novelas.

En muchos casos son textos colectivos
que fuimos inventando entre todos
a partir de juegos e historias que nos narraron.

martes, 5 de febrero de 2008

¡¡Muchas ganas de escribir!!

Después de haber pasado por el espacio de Voces Que Cuentan varios niños se quedaron con ganas de escribir cuentos y acercárnoslos cuando pudieran.
Aquí tres cuentos que nos acercaron ayer tres chicas de 8, 9 y 10 años.

Las doce cesas y su tía mala.

Había doce princesas a las que su tía las hacía trabajar mucho y el papá estaba enfermo. La tía mala no llamó al doctor para que se cure el papá pero le dijo que limpie el suelo. El papá le dijo que no lo iba a hacer porque la casa era de el y no de ella. Entonces la echaron de la casa y vivieron felices por siempre.
Jazmín, 8 años
Escuela Nº 15 De 18

El pueblo de las risas.
Hace mucho tiempo en una muy linda casa vivían cuatro niños, dos nenas y dos nenes. Los cuatro niños eran hermanos y nunca se habían reído porque no sabían lo que era reír porque el pueblito era muy solitario.
Un día los cuatro hermanos fueron a comprar y escucharon algo que venía del bosque y vieron a un señor con un carro a caballo, le preguntaron quien era y el señor les dijo que era un payaso, ellos le preguntaron qué era un payaso y él les dijo que un payaso era alguien que hacia reír a la gente.
Entró al carro, se maquilló, se vistió, y empezó a decir chistes, hacer caras graciosas y desde ese momento los cuatro hermanos no fueron más los chicos tristes de antes. Ahora son los chicos del pueblito de las risas.

Paloma, 9 años
Escuela Nº 15 De 18

Yasí Yatere
Cuenta la historia que hace muchos años en los pueblos más chiquitos existía un duende llamado Yasi Yatere. Este duende se llevaba todos los niños que no obedecían a sus padres y a los que no dormían la siesta.
Un día la mamá de Lucy le había dicho que luego de almorzar había que dormir la siesta, pero ella solo quería jugar, así que no le obedeció y se fue al fondo de su casa con sus muñecas. De repente sintió que alguien se acercaba y se acercó al portón para ver quien era y vio a un duende chiquito y feo que se venía silbando su nombre. Así fue que se llevó a Lucy, la metió dentro de un pozo hondo rodeado de serpientes y gusanos.
A la tarde cuando la madre la llamó para merendar se dio cuenta que Lucy no estaba. Luego encontró todas las muñecas tiradas, pero solo faltaba una. Ahí se dio cuenta de que a Lucy se la había llevado el duende y con ayuda de los vecinos fueron a rescatarla. Desde ese momento ni Lucy ni los demás niños se quedan despiertos a la hora de la siesta.

Juliana M. Villa, 10 años
Escuela Nº11 DE 13

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